el futuro es estúpido, así como lo es recordar el pasado,
así como seguir perdiendo el tiempo desdoblándonos,
creyendo que antes se estaba más que bien o peor,
así como decirse limitado
o pretender justificarse por los padres,
por la circunstancia,
que la nobleza de sangre
o pobreza de crecimiento,
que si es blanca, morena o casi negra,
que si los centímetros le sobraron o se quedó en la niñez,
eres grasa, carne o hueso y realmente los tres,
con rayas, olores, pelos y sin perdones.
no se es mejor que otro,
ni patriarcado ni matriarcado,
no es ojo por ojo,
cuál ganancia,
ni elegir un partido,
mucho menos tener la razón,
o sentirse ajeno,
no creo en la democracia,
no creo en la venganza,
no creo en las diferencias
y menos en agradar,
para mí no existe lo fino, moderno o la calidad,
no me parece lo corriente, mal hecho y vulgar,
habría que dejarse de creer,
de tomarse en serio,
de formularse una opinión y sentir la imperiosa necesidad de compartirla,
habría que callarse la boca y empezar a gritar,
ya sin otra cosa más que la anulación del bien y el mal,
nadie sabe nada,
el plano,
tablero,
jueguito,
la divertida confusión e ignorancia,
de invertir en tu cabeza,
en los planes,
estrategias,
jugadores,
sin saber a dónde irá a parar esto,
a ningún lado,
a ningún lado,
a ningún lado,
así tres veces que es el número perfecto,
de acuerdo a los astros, a la religión, a la mística pasta de palabras en bocas,
de imágenes en cadena,
de lo que alguien dijo a otro alguien que se lo leyó a ninguno y ese se lo cantó a uno más que bien podrías haber sido tú pues es que realmente nunca te has ido,
¿no recuerdas?
si siempre has estado aquí,
así como esa sensación que no te abandona,
que te hace revoltijo los órganos y te hace cuestionarte
cuando te despierta la madurez a la mitad de la noche,
te asalta y te hace ver que todo se acaba,
pero no,
no se acaba,
y eso te aterra aún más.
volvamos entonces al principio,
a cuando decía que no existe el futuro o algo así,
creo también hablaba de política y sexo,
de que me han roto el corazón y
nada ahora ya no recuerdo nada,
es que dejé de darle importancia
al ver la trampa,
al distinguir todas la posibilidades,
el tiempo perdido no grita, susurra,
te arrulla y perturba,
pero dije que estaba en el principio y ahora creo que voy a la mitad,
¿ves cómo pasa el tiempo?
me quema los talones y me siento estúpidamente humana,
no,
no me gusta esa palabra,
tampoco el poder y existe,
vibra inevitablemente,
así como mi voz,
así como lo que deberías dejar de esconder.
ya , ya casi termino pero no quiero llegar al final,
¿no ves cómo lo evado?
así como mi educación,
no la primaria ni secundaria,
tampoco el vientre,
hablo de mi unión con cualquier ser vivo
y lo poco que me he permitido escuchar,
no insistas más en apretarme,
condicionarme,
ni yo quiero hacerte reír o gustar,
esto no viene del fastidio ni es furia,
es la mayor paz que puedo proclamar.