Cáncer (o lo que se acumula)

Me enferma

sí, me enferma pensar en mi crianza,

en la crueldad implícita                     

en las limitaciones que abundan dentro del terror

la pavorosa sensualidad de la tibieza                                    

ésa que tanto me asquea

 

la connotación:  fémina latina

aquí no hay opción: una cara, un cuerpo, una línea,

disminuida

 

¿y si quiero que mi carne tiemble?

 

¿y si pienso en pezuñas no en manos?

 

¿qué pasa si rompo mi vientre y no acompaño a nadie?

 

Si prefiero caminar, caminar más

y adentrarme en el hueco de la fractura

ésa que traigo de nacimiento, la expuesta

mármol negro                                         

la que me ha obligado a traspasar la superficie

que me hace sentirme perdida porque nunca encajo

 

y es que, ¿cómo voy a encajar si soy un monstruo?

 

expuesto

 

así,              

sintiéndome masculino dentro de un cuerpo

que pertenecía dentro de un horno         

moldeado, bien moldeado     

no mutilado,

mucho menos llorando sin razón

 

ahora, plebiscito,

porque ya brotaron las gardenias                       

ya se manifestaron las astromelias

las palmas que hablan de resurrección

de cargarse en pedazos porque no existe una sola semilla

y ya se ha anunciado la sequía

 

bruto aforismo  

la vida,

tremendo estar aquí

 

habitar, dándose cabida,                           

como fariseo diciendo prepararse

y yo, sin vestiduras

me enfermé por no tener cintura

enferma

y el ocaso me atravesó.