Pelito en la barbilla
y no melocotón,
salpícame
(no las casillas del abecedario ni la burguesía y su proletariado)
letrada en humildad
carente en abstinencia
se obliga a ir sin ropa, a ser un número más
perfil de rodilla, cae sin mesura
ya dijimos que íbamos sin frenos,
a romperse los dientes y enseñar los senos
porque, corazón
tú también estás en el suelo
aquí en el asfalto
ardiendo
en una lápida que te vendieron como cuna
cuya inscripción no lleva tus logros
ni los de tus fluidos
va a fracturarse así como los huesos
pero sin gemidos
escúpeme, saco cicatrizado
mal si no te has vaciado
(me gusta que no tengas apellido)
tu trabajo, gustos
y cuenta bancaria son lo de menos
da igual si te han comido las nalgas
o unas perras ansias.
déjame oler tus días en la tierra,
cuando no sabías que existía la civilización.